San Miguel de Allende, reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, se ha convertido en un epicentro donde convergen tradición y modernidad. En este contexto surge Artesanto, un proyecto residencial en el Distrito Corazón que no solo impulsa el crecimiento económico, sino que también fortalece la identidad cultural de la ciudad. A través de su diseño arquitectónico, su apuesta por el arte local y su compromiso con la comunidad, el desarrollo se posiciona como un modelo de integración entre progreso y preservación de las raíces sanmiguelenses.
Impulso a la economía local con impacto social
La construcción y operación de Artesanto han significado la creación de decenas de empleos permanentes en áreas como vigilancia, logística, mantenimiento y hospitalidad. Además, los negocios que formarán parte del complejo —cafeterías, galerías, coworkings y boutiques— abrirán nuevas vacantes en atención al cliente y administración.
Este dinamismo laboral genera beneficios para las familias locales, mientras que la llegada de nuevos residentes y visitantes impacta positivamente en restaurantes, hoteles, bares y museos de la ciudad. De acuerdo con el Colegio de Valuadores de Querétaro, hasta el 40% del gasto de los residentes de vivienda media-alta se reinvierte en servicios regionales, como jardinería, mobiliario o mantenimiento. En este sentido, Artesanto contribuye no solo al mercado inmobiliario, sino también a la estabilidad de pequeños negocios que sostienen la economía cotidiana de San Miguel.
Tradición y modernidad bajo un mismo techo
Más allá de lo económico, Artesanto busca integrarse con la identidad cultural de la ciudad. El proyecto apuesta por la preservación de la estética colonial en su arquitectura y fomenta espacios para galerías de arte y tiendas de artesanías que exhiben el talento de creadores locales. Asimismo, cafeterías y restaurantes dentro del complejo tienen como eje la gastronomía regional, promoviendo ingredientes y recetas tradicionales en un formato contemporáneo.
De esta manera, Artesanto se convierte en un puente entre lo antiguo y lo moderno: un espacio donde ejecutivos y profesionistas atraídos por el fenómeno del nearshoring encuentran calidad de vida, sin renunciar a la riqueza cultural de San Miguel de Allende.
Con esta propuesta, el desarrollo confirma que es posible crecer hacia el futuro manteniendo vivas las tradiciones. Artesanto no solo construye viviendas, sino también comunidad, cultura y pertenencia.
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