En la economía circular, el reciclaje y el aprovechamiento energético renovable, el biogás juega un papel fundamental. Químicamente, el biogás es un gas compuesto principalmente por metano (CH4) en una proporción que oscila entre un 40 por ciento a un 70 por ciento y dióxido de carbono (CO2), conteniendo pequeñas proporciones de otros gases como hidrógeno (H2), nitrógeno (N2), oxígeno (O2) y sulfuro de hidrógeno (H2S), variables dependiendo de la composición de la materia orgánica a partir de la cual se ha generado.
El biogás se obtiene de la biomasa, la cual proviene fundamentalmente de los residuos ganaderos y agroindustriales, los lodos de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) y la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (RSU), así como el biome- tano obtenido del propio biogás.
Estos pueden emplearse en distintos sectores económicos, especialmente en la movilidad y la generación eléctrica, o en sistemas de calor y energía, desplazando materias primas de origen fósil y por ello tiene un papel relevante en la transición energética por su capacidad para integrar la economía circular en la generación de energía renovable.
Panorama del Biogás en México y el mundo
El desarrollo del biogás ha sido desigual en todo el mundo, ya que depende no sólo de la disponibilidad de materias primas, sino también de las políticas que fomentan su producción y uso.
Por ejemplo, Europa es el mayor productor de biogás en la actualidad. Alemania es el mercado más grande y alberga dos tercios de la capacidad de las plantas de biogás de Europa, mientras que otros países como Dinamarca, Francia, Italia y los Países Bajos han promovido activamente la producción de biogás.
En China, las políticas han apoyado la instalación de digestores domésticos en áreas rurales con el objetivo de aumentar el acceso a energía moderna y combustibles limpios para cocinar; estos digestores representan alrededor del 70 por ciento de la capacidad de biogás instalada en la actualidad.
Por otra parte, en los Estados Unidos, la ruta principal para el biogás ha sido a través de la recolección de gas de vertedero, en tanto Argentina y Brasil también han apoyado el biogás a través de subastas.
En el caso de México, fue en 2003 cuando se instaló la primera planta de generación eléctrica de biogás en Monterrey, Nuevo León, un proyecto que sirvió como modelo para el surgimiento de más iniciativas. Incluso, el Inventario Nacional de Energías Renovables (INERE) de la SENER, reportó que también en 2015 existían ocho proyectos de generación de energía por medio de la extracción de biogás en rellenos sanitarios en el país.
Aprovechamiento energético
Los objetivos de implementar el aprovechamiento energético de residuos son transitar hacia una economía circular que reduzca la necesidad de extraer recursos naturales y minimizar al máximo la generación de residuos que contaminen el aire, el agua o el suelo.
En ese sentido México avanza, pues se ha expedido un marco normativo con el que introduce una reforma en su mercado energético y define las condiciones para la promoción de las energías limpias o renovables. Estas reformas facilitan la participación de diferentes generadores en el mercado de energía y promueven un esquema enfocado en crear un mercado de energías limpias o renovables, sin embargo, se debe trabajar en la inclusión del aprovechamiento energético en la cadena de valor de la gestión de residuos, así como en la responsabilidad extendida del productor y enfocar las políticas públicas hacia una economía circular.
Opinión de Guillermo Gómez/CEO Consultoría Responsable