Controlan la prisión principal de Kabul.
La principal prisión de Kabul estaba abarrotada con miles de talibanes capturados y arrestados por el gobierno de Afganistán.
El lunes, un comandante del grupo paseaba por sus pasillos y celdas vacías, mostrando a sus amigos el lugar en el que había estado encarcelado.
Es una señal del repentino y sorprendente nuevo orden en Afganistán luego de que la rápida ofensiva del grupo insurgente irrumpió en la capital hace casi un mes y derrocó a un gobierno débil, respaldado por Estados Unidos, contra el que había luchado los últimos 20 años.
El Talibán controla ahora el penal Pul-e-Charkhi, un enorme complejo en las afueras del este de Kabul.
Tras tomar la capital, los combatientes liberaron a todos los reos, los guardas gubernamentales huyeron y ahora docenas de insurgentes custodian el centro.
Controlan la prisión principal de Kabul
El comandante, que se negó a identificarse por su nombre, realizaba una visita personal al complejo con un grupo de amigos. Contó a The Associated Press que fue arrestado hace cerca de una década en la provincia de Kunar, en el este, y lo llevaron a Pul-e-Charkhi atado y con los ojos vendados.
“Me siento muy mal cuando recuerdo esos días», apuntó señalando que los reclusos sufrieron abusos y torturas. Estuvo preso unos 14 meses antes de ser liberado.
“Esos son los días más oscuros de mi vida, y ahora este es el momento más feliz para mí porque soy libre y vengo aquí sin miedo».
Muchos afganos, como gobiernos en todo el mundo, se han alarmado por el rápido ascenso del Talibán al poder por temor a que imponga un gobierno tan severo como el de su primera etapa, en la década de 1990.
Pero para sus combatientes, es momento de saborear la victoria tras años de cruenta lucha, y para ver una ciudad en la que pocos de ellos habían estado desde el inicio de la guerra.