México 25 mayo._ Expertos mexicanos crearon una serie de máquinas de bioreciclaje, mediante las cuales los usuarios pueden revalorar los residuos sólidos y darles valor monetario con premios, descuentos y hasta criptomonedas.
Cada vez que una persona deposita sus desechos en las «máquinas inteligentes», desarrolladas por la empresa mexicana Lealtad Verde, obtiene puntos y una cantidad determinada de la criptomoneda denominada Tlallicoin, que utiliza el valor de los bonos de carbono.
«A mayor cantidad de reciclaje, de captación y de cada una de las acciones de reciclaje que hacen nuestros usuarios, el valor de la moneda va incrementando dentro del aumento global que van teniendo los bonos de carbono», explicó el director de Lealtad Verde, Adrián Sánchez.
De acuerdo con el director de Lealtad Verde, cada carbono ronda en los 12 dólares, pero es un valor que va al alza. Los puntos que la empresa mexicana otorga a sus usuarios a través de una aplicación móvil se basan en el precio del plástico, que equivale a unos dos centavos de peso por cada gramo del material PET.
«Lo que nosotros hacemos es que la gente identifique qué producto es. Por eso es la aplicación y con ella puedes escanear todos los residuos que tengan un código de barras, ya sea de plástico, cartón, aluminio, pues pertenecen a una cadena de valor, tienen un costo que ya fue introducido al mercado», detalló Sánchez.
Tecnología de punta
Las máquinas o centros de retorno automatizados cuentan con tecnología de punta y se encuentran en casi 500 puntos, entre ellos en ciudades como Monterrey, Puebla y Querétaro, así como en la Ciudad de México, además de exportarse a países como Arabia Saudita, Argentina, España, Malasia y Uruguay.
Esta «fintech», es decir, una industria financiera que aplica nuevas tecnologías, se encarga también de promover el comercio local mediante cupones de descuento y promociones para sus usuarios, con lo que impulsa el modelo de «economía circular».
La empresa mexicana logra de esta manera que residuos sólidos se vuelvan a incorporar a los ciclos productivos luego del reciclaje, lo que permite que dejen de ser productos de un solo uso.