En el pueblo de la Romita, una colonia en el corazón de la Ciudad de México, Cervecería Cru-Cru tuvo sus inicios en 2014, desde donde continúa operaciones para ofrecer a los amantes de la cerveza lo mejor de los sabores locales.
Este lugar mítico que ha sido escenario de películas, leyendas urbanas y grandes movimientos políticos y culturales, hoy acoge a una de las cervezas artesanales de mayor reconocimiento en el país.
Luis Enrique de la Reguera, diseñador industrial de profesión y uno de los fundadores de Cervecería Cru-Cru, fue el responsable de iniciar con este proyecto artesanal que dota de identidad a los chilangos.
“Lo que nos mueve es hacer cerveza de alta calidad, hacer una cerveza con el sabor e ingredientes correctos que dentro de todo esto, refleje y transmita un poquito de lo que es la Ciudad de México”.
«Nuestro día a día está permeado por este pueblo que alberga la segunda iglesia que se construyó en América y que ha sido escenario de muchos momentos relevantes para el país. La casa en la que estamos tiene mucha cultura implícita y es un honor para nosotros producir aquí nuestra cerveza”, señala.
La calidad sensorial que una cerveza artesanal ofrece a sus consumidores, tiene su base en las formulaciones que son reflejo de la identidad mexicana y por las que Cervecería Cru-Cru destaca en el mercado.
“Cuando decidimos qué cervezas íbamos a hacer, pensamos en estilos que pudieran acompañar a la gastronomía que tenemos en la ciudad como los tacos al pastor”, recuerda.
Una fábrica con mucha historia
Actualmente en su fábrica en la Romita, producen cuatro cervezas de línea: una American Lager, una IPA, una Pale Ale y una Porter con las que buscan resaltar los sabores originarios de cada estilo.
Pero también, han creado cuatro cervezas de temporada únicas en el mundo por sus ingredientes y que son de orgullo nacional.
Destaca una Stout con notas de café tostado que además contiene totomoxtle, ceniza generada con la hoja seca y rugosa que envuelve a las mazorcas del maíz proveniente de Milpa Alta; una Tripel Mexicana, con virutas de madera, remembrando las notas ahumadas presentes en el mezcal; una Porter con sabor a churros mexicanos elaborada en colaboración con El Moro, churrería fundada en 1935 y una Gose, cuyos ingredientes como la sal de gusano de maguey y chapulines le han valido al menos 10 reconocimientos nacionales e internacionales, además de ser nombrada como la mejor cerveza sour del país por la Copa Cerveza México.
Cerveza mexicana, una bebida con mucha diferenciación
Luis Enrique de la Reguera señala que lo hecho en México es sinónimo de calidad y pasión. Y en lo que respecta a la cerveza, la industria ha logrado adoptar y profesionalizar cada proceso para dar paso a una bebida que está plasmada en el ADN de todos los mexicanos.
“La cerveza que se hace en México se hace verticalmente, es decir, se produce con insumos de nuestros campos, por manos mexicanas, con los sabores tradicionales de nuestro país y todo esto, es lo que nos ha permitido ser referentes y ejemplo de sabor a nivel mundial”, asegura.
El fundador de Cru-Cru también resalta el proceso de producción de la cerveza nacional, que es lo que le permite desmarcarse de otras bebidas de grado alcohólico que hay en el mercado y lo que avala su diferenciación en diversos rubros.
“La cerveza se obtiene a través de la fermentación de microorganismos vivos que nos han venido acompañando desde que existe la humanidad. Su graduación alcohólica es consecuencia natural de esta fermentación”, precisa.
“No es lo mismo tomarte una bebida con concentración de 40 grados de alcohol, a una cerveza con 4.5 grados de alcohol”, indica.
Es este proceso productivo, lo que marca una diferenciación entre la cerveza nacional y otras bebidas de grado alcohólico, que para el fundador de Cru-Cru la hacen merecedora de un trato distinto que debería mantenerse principalmente en temas de fiscalización.
“La cerveza ha puesto el nombre de México muy en alto y aunque cada industria lucha desde su trinchera, la cervecera ha logrado integrar a todos sus actores y esto se ve reflejado en la generación de empleos y en el lugar que ocupa a nivel mundial en términos de producción y exportación”, puntualiza Luis Enrique de la Reguera.