Por IGNACIO ANAYA MINJAREZ
Columna publicada originalmente en La Verdad
Ya se ha platicado (o peleado) sobre la reciente aprobación por parte de la Cámara de Diputados a la reforma legislativa propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, con respecto a la Guardia Nacional.
Un tema que, desde su surgimiento dentro del debate público en el 2019, ha sido objeto de opiniones, críticas y respaldos.
Si hay algo que se ha vuelto característico de esta administración, es su capacidad para mantener a la población mexicana envuelta en los diálogos sobre cuestiones que se pensaban ya discutidas. Esa habilidad para revivir la participación ciudadana, sea de manera positiva o negativa, se ha vuelto recurrente.
En efecto, el sábado por la mañana el país amaneció con la noticia de que se había aprobado en la Cámara de Diputados la transferencia de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, dando un paso, preocupante para muchos, hacia la militarización dentro de México.
Y de inmediato comenzaron las peleas en el campo de batalla por excelencia de la política: las redes sociales. La gente no tardó en dar su punto de vista sobre lo sucedido, algunos con la intención de criticar la decisión, otros para defenderla.
Rápidamente, comenzaron a pelearse los usuarios, sobre todo en Twitter, y a discutir lo acontecido. Circularon memes, opiniones, críticas, análisis y recuerdos. Estos últimos con el objetivo de evocar el pasado de varios políticos e intelectuales que criticaron ferozmente la Ley de Seguridad Interior que intentó aplicar el expresidente Enrique Peña Nieto, pero que mantuvieron silencio, e incluso en algunos casos aplaudieron, que se haya dado la mayoría para aprobar la reforma. Para muchos es prueba de hipocresía.
¿Cambiaron sus ideales de un sexenio a otro? Lo más probable es que no o a lo mejor nunca tuvieron claros esos ideales. Es difícil saber qué pasa por la cabeza de varios personajes políticos y opinadores, estén a favor o en contra de la administración actual.
En general, el fin de semana estuvieron bastante activas las redes sociales. Se han convertido, desde hace tiempo, en los nuevos espacios de debate y diálogo político. Su formato así lo permite. Generan en sus usuarios un sentimiento de pertenencia dentro de la política. Los convierte en actores políticos. Es un fenómeno que aparece con cualquier acción del gobierno que se viraliza en redes sociales.
¿Cuánto va a durar este periodo de debate público en torno a la Guardia Nacional? Por ahora es un tema caliente, pues, la población sigue a la espera del proceso para que se concrete la reforma, en caso de que siga su aprobación en otras instancias.
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No obstante, en cuanto al formato de las noticias y el posicionamiento de las redes sociales como uno de los principales medios de contenido informativo, la relevancia que adquieren estos hechos no es duradera. Es cierto que, a partir del resultado en la Cámara de Diputados, la gente se ha organizado de distintas maneras para mostrar su rechazo a lo que ven como un proceso de militarización en el país.
En este caso, ellas y ellos son personas que se han mantenido fieles a sus ideas políticas, ya que también se opusieron, en su momento, a la Ley de Seguridad Interior. La oposición política, principalmente las y los miembros de los diversos partidos que se oponen abiertamente a esta administración, se ha mostrado bastante crítica hacia la reforma del presidente, a pesar de que en el pasado varios de sus integrantes se posicionaron a favor de la Ley de Seguridad Interior. Todo esto resulta evidente al ver lo que publica cada uno en redes sociales.
La sociedad actual es una que vive con el tiempo apresurado en todos los aspectos de su vida. Uno de ellos es el consumo de información. Historiadores como Reinhart Koselleck y François Hartog han trabajado la cuestión de la aceleración del tiempo dentro de la vida del ser humano durante las últimas décadas. Según sus trabajos, se puede decir que se vive en un mundo sumido en los tiempos de la urgencia y la inmediatez. La gente es incapaz de tomar distancia de los acontecimientos, pues, al momento de que termina de enterarse sobre un acontecimiento, es bombardeada con otros diez.
Ahora el tema es la Guardia Nacional, pero mañana será algo nuevo que obligue a la población a dejar atrás, por un momento, el asunto de la militarización. Todo se está moviendo con suma rapidez, no solo la política. En este sentido, el pensamiento crítico queda limitado dentro de las personas, ya que para la mayoría hay otros temas nuevos a los cuales se les dirige la atención.
En la medida en que las redes sociales y los avances tecnológicos de consumo sigan avanzando, la sociedad quedará estancada en el mundo de la aceleración informativa. Pocos son quienes de verdad escogen un determinado acontecimiento para dedicarle el análisis que le corresponde y así lograr un mejor entendimiento sobre dicho suceso, un elemento tan necesario en una población que quiere sentirse política.
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El autor es Licenciado en historia y creador de “El pasado a color”. Es columnista en El Heraldo de México y Vértigo Político, es además colaborador en “El dedo en la llaga”.