El número de muertos por coronavirus en México se está disparando y la capital está en alerta máxima, pero para muchos trabajadores que se ganan la vida en la calle, quedarse en casa no es una opción.
«Nos dicen que no salgamos. Pero ¿qué vamos a comer?» dijo Gerardo Acevedo, quien tiene un puesto de venta en el centro de la Ciudad de México.
«Tengo que mantener a mis hijos, yernos, nietos», dijo el hombre de 52 años.
Si bien las autoridades de la capital y muchas otras áreas de México han ordenado que se detenga la mayoría de las actividades no esenciales, las multitudes aún se reúnen en las calles y en el transporte público.
La difícil situación de Acevedo y muchos como él presenta un dilema para las autoridades mexicanas, que están tratando de equilibrar sus esfuerzos para controlar la pandemia con la necesidad de que las personas sobrevivan económicamente.
Los vendedores ambulantes se encuentran entre los casi 30 millones de personas que trabajan en el sector informal de México, que representa casi una cuarta parte de la economía, la segunda más grande de América Latina.
«Hay indisciplina social, pero la realidad es que en esta ciudad muchos viven el día a día y tienen que salir a ganarse la vida», dijo César Salazar, economista de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Gobierno opta por austeridad y recomienda quedarse en casa
Se teme que la pandemia haya elevado el número de personas que viven en la pobreza en México a alrededor de 62 millones en 2020, casi la mitad de la población, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
El país de 126 millones ha registrado oficialmente más de 166,000 muertes por Covid-19, la tercera cifra más alta del mundo, y alrededor de 1,9 millones de casos conocidos.
El gobierno de México optó por una política de austeridad frente a la crisis para evitar el aumento de la deuda nacional, eligiendo en su lugar ayudas limitadas como microcréditos para pequeñas empresas.