El jueves 19 de septiembre de 1985, a las 7:17:59 de la mañana, hora del centro de México, comenzó el rompimiento de una gran falla de aproximadamente 200 kilómetros de longitud en los límites en donde la placa Norteamericana subduce la de Cocos.
La fractura provocó que poco después, a las 7:19 horas, se registrara un sismo de magnitud 8.1, con duración de poco más de dos minutos, según el Servicio Sismológico Nacional.
El epicentro se ubicó en las costas de Michoacán, a una profundidad de 15 kilómetros, y las ondas expansivas golpearon rápidamente y sin aviso (no había protocolos de alertamiento) al centro, sur y occidente del país, siendo Ciudad de México la más devastada.
Al día siguiente, la noche del viernes 20 de septiembre, se registró un segundo sismo de magnitud 7.6 que terminó por derrumbar al menos 20 edificios más que ya estaban fracturados por el primer episodio.
El movimiento telúrico dejó más de 30 mil heridos, 150 mil damnificados, 30 mil viviendas destruidas y más de 60 mil con graves daños cuantificados en 4 mil 100 millones de dólares.
La cifra oficial fue de 6 mil muertos, aunque el Servicio Sismológico Nacional estimó hasta 40 mil.