Once millones de personas están confinadas en la provincia de Hebei, China, después de un nuevo grupo de infecciones por coronavirus.
Desde el 2 de enero, Hebei ha informado más de 600 nuevos casos positivos, 544 de los cuales eran de la ciudad capital de Shijiazhuang. Para identificar a todos los pacientes potenciales, los funcionarios de salud completaron una ronda de pruebas masivas de todos los residentes de la ciudad, y esta semana se está llevando a cabo una segunda.
La provincia también pospuso su reunión legislativa anual debido al brote de coronavirus. La provincia de Liaoning, que ha tenido una pequeña cantidad de nuevos casos de virus este mes, también pospuso su reunión.
Las autoridades provinciales de Hebei han duplicado las restricciones de viaje y las medidas de cuarentena, con la esperanza de contener el virus antes del Año Nuevo Lunar el próximo mes. Cualquier persona que salga de la provincia de Hebei debe presentar una prueba de COVID negativa realizada no más de tres días antes.
Los funcionarios de salud pública culpan a las regulaciones laxas que rigen el movimiento en el campo y las frecuentes visitas entre amigos y familiares por el brote de Hebei. El lunes, casi 20,000 residentes de doce aldeas rurales en el distrito de Gaocheng de Shijiazhuang fueron trasladados en autobús a cuarentenas gubernamentales.
El brote de Hebei es el brote más severo que China ha visto en más de cinco meses. El Dr. Zhang Wenhong, un médico prominente que dirige el departamento de enfermedades infecciosas en un hospital de Shanghai, dijo a los medios chinos que el brote probablemente continuará durante un mes más antes de que se controle.
A medida que aumentaba el número de casos, Gaocheng anunció una serie de medidas de bloqueo, desde el cierre de escuelas hasta el cierre de estaciones de tren y servicios de taxi. La semana pasada se suspendió la venta de boletos para los trenes de Shijiazhuang a Beijing.
