El secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, dio la bienvenida a los «compromisos vinculantes» hechos por China que serán grabados en piedra en el tratado que firmarán ambos países el miércoles en Washington.
El 5 de agosto, el Presidente Trump acusó a China, que controla estrictamente su moneda, de dejar caer el yuan frente al dólar para obtener una ventaja injusta al hacer sus productos más baratos para la exportación.
Sin embargo, China sigue en una lista de 10 países a vigilar, junto con Suiza, que se une a Alemania, Corea del Sur, Irlanda, Italia, Japón, Malasia, Singapur y Vietnam, según un documento publicado por el Tesoro.
El anuncio se produce dos días antes de la tan esperada firma de la primera fase del acuerdo entre China y Estados Unidos, que debería poner fin a casi dos años de guerra comercial entre las dos principales potencias económicas del mundo.
«El Departamento de Hacienda ha ayudado a firmar la primera fase importante de un acuerdo con China que ayudará a aumentar el crecimiento y las oportunidades económicas de los trabajadores y empresas estadounidenses», dijo Steven Mnuchin en una declaración.
Optimismo
Dos veces al año, los Estados Unidos publican una lista actualizada de países sospechosos de manipular su moneda.
La decisión de eliminar a China de la lista fue aclamada el lunes por los inversores de la Bolsa de Nueva York, que terminó con una subida del 0,29%, reanudando su carrera por los récords.
La noticia ha reforzado el optimismo que rodea el enfoque de la firma del acuerdo que el viceprimer ministro chino Liu He debe firmar el miércoles en Washington.
Las acusaciones de que China está manipulando su moneda han sido un tema recurrente de tensión con los Estados Unidos mucho antes de la administración Trump y de un presidente que se está enfocando en el tema del valor del dólar y el desequilibrio comercial.
Pero el gobierno de Trump fue el primero, desde 1994, en dar un paso adelante y acusar formalmente a Beijing de manipulación.
Bajo la ley estadounidense, tal acusación obliga a ambas partes a negociar. Si no están de acuerdo, Washington puede imponer tarifas punitivas para compensar la ventaja competitiva de una moneda débil.
En este caso, el gesto fue mayormente simbólico, ya que Donald Trump ya había impuesto aranceles punitivos a cientos de miles de millones de dólares de importaciones para obligar a los chinos a acudir a la mesa de negociaciones.