Luego de una hora de protesta de padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa a las afueras del campo militar 1-A, al concluir el mitin, un grupo de jóvenes con el rostro cubierto lanzaron petardos al interior de las instalaciones castrenses e incluso chocaron un camión de mercancías en la puerta 1 de este lugar, la cual derribaron.
En unos minutos, el sitio, con la fachada impoluta verde olivo de estas instalaciones militares, ubicada en avenida del Conscripto, pasó al caos con las detonaciones y las rejas desvencijadas.
El balcón de la entrada también resultó dañado y parte de la marquesina destruída, además de que el vehículo que transportaba abarrotes -embestido de reversa contra la puerta de hierro- ardió en llamas después de que el grupo de manifestantes arrojó artefactos explosivos en su interior. El camión quedó incrustado en el acceso del campo militar.
Mitin
Durante el mitin, las familias de los 43 normalistas exigieron que no se descarte la línea de investigación que apunta al Ejército en el caso Ayotzinapa, y reiteraron su exigencia de que esta institución entregue los 800 folios que tiene en su poder y que, consideran, contienen información relevante para dar con el paradero de sus hijos.
“Nos preguntamos, esta institución, ¿de qué privilegio goza en un tema tan emblemático de desapariciones? que sigue ocultando la verdad. Se sigue burlando del dolor de los padres y madres de los 43, al seguir negando los archivos que hay en poder de la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional)”, apuntó Isidoro Vicario, abogado que forma parte del equipo legal que apoya a los padres.
“Mientras no tengamos información, mientras las investigaciones no avancen esta línea que tiene que ver con el Ejército mexicano seguiremos señalando que se tiene que mantener”, reiteró.