En 2024 más de 161 mil parejas en México disolvieron su matrimonio: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró 161,932 divorcios ese año, de los cuales 89.6% se resolvieron por la vía judicial y 10.4% por la vía administrativa.
La tasa reportada equivale a 33.3 divorcios por cada 100 matrimonios, con las tasas más altas en Campeche, Nuevo León y Tamaulipas. Estos números reflejan no solo un cambio demográfico, sino también una demanda creciente por trámites más rápidos, transparentes y económicos.
Los tipos de divorcio en México varían según el acuerdo entre cónyuges, la existencia de bienes en común, hijos y la vía (administrativa o judicial). El divorcio administrativo —cuando hay mutuo acuerdo y no hay controversias sobre hijos o bienes— suele ser más rápido y de menor costo; en estados como Ciudad de México los derechos administrativos rondan los 1,500–1,700 pesos en 2024.
En contraste, los divorcios judiciales (contenciosos o con disputa patrimonial/guardia) implican múltiples audiencias, peritajes y honorarios que elevan el costo total: estimaciones periodísticas y de consultorías legales colocan promedios que pueden superar los 10,000 a 12,000 pesos cuando se incluyen honorarios, notificaciones y peritajes.



