En un contexto donde el arte se convierte en herramienta de transformación social, el proyecto Tejiendo Redes emerge como una plataforma que conecta dramaturgas y directoras de México y Colombia, generando vínculos creativos desde una perspectiva feminista, intergeneracional y territorial.
Memorias
Susana Meléndez, dramaturga y co-directora del proyecto, compartió en entrevista cómo esta iniciativa ha logrado articular afectos, memorias y prácticas escénicas que desafían las estructuras tradicionales del teatro. “La realización de esta red de lecturas dramatizadas entre México y Colombia representa que los sueños se hacen realidad”.
Este espacio “lo imaginamos hace muchos años y hoy por fin se materializa”; lo que comenzó como una idea entre creadoras se ha convertido en una red viva que permite el encuentro entre mujeres que antes no se conocían, ni siquiera dentro del mismo país. “Las mexicanas que participan no habíamos tenido oportunidad de conversar entre nosotras, y con las colombianas, muchísimo menos”.
Este proceso ha implicado reuniones formales e informales, donde se comparten intereses artísticos, preocupaciones personales y reflexiones profundas; conversar parece algo pequeño, pero en realidad es un acto de resistencia. “Empezamos a nombrar lo que nos incomoda, lo que nos hace falta, los miedos que atravesamos cuando estamos creando”.
Una red que se expande desde el escenario
La quinta edición de la Red de Lecturas Dramatizadas México-Colombia se lleva a cabo en el Centro Cultural y Académico Teatro Casa de la Paz, organizada por Tejiendo Redes. Mujeres Hacedoras de Teatro.
Para este intercambio entre mujeres escénicas de 25 a 35 años fueron seleccionadas tres dramaturgias colombianas: Emperatriz. El resentimiento de las domésticas, de Conny Solarte; Eloísa, de Karen Ospina, y Trilogía sobre el horror del cielo en la tierra, de María Alejandra Colorado. Las directoras mexicanas encargadas de montar estas lecturas son Iankarla Castillo, Jimena Hinojosa y Larissa Goyco, respectivamente.