La sobreestimulación que genera el uso de dispositivos electrónicos como teléfonos celulares y tablets en menores de cinco años, puede afectar el desarrollo cognitivo al generar déficit de atención y de concentración, retraso en el desarrollo del lenguaje y baja tolerancia a la frustración.
Por ello no se recomienda exponer a los pequeños a ese tipo de incentivos, consideró la experta en psicología clínica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), María del Pilar Cortés Ramírez.
La catedrática de la Escuela Superior de Medicina (ESM) precisó que en los primeros años se construye la base del cerebro que acompañará al individuo el resto de su vida, por lo que la exposición a estímulos provenientes de dispositivos móviles puede afectar ese andamiaje, el cual, de manera natural, se logra mediante la interacción con el entorno real y al establecer vínculos afectivos con los padres y familiares.
Lo anterior se enmarca en el Pacto por la Primera Infancia promovido por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que plantea la necesidad de cuidar, proteger y trabajar en torno al desarrollo de las niñas y niños de hoy para transformar al país desde sus cimientos, impulsado por el secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo.
La especialista politécnica detalló que la exploración es fundamental para el desarrollo cognitivo. Apuntó que cuando esta actividad se sustituye con dispositivos electrónicos, se disminuye en los menores el deseo natural de descubrir el entorno y, en consecuencia, se dificulta su adaptación al ambiente, así como a establecer relaciones sociales y vínculos con otras personas.
Hizo hincapié en que los aparatos móviles brindan una gratificación instantánea, lo cual genera en los niños menor tolerancia a la frustración, irritabilidad y ello repercute en la plasticidad cerebral, proceso involucrado en la generación de redes neuronales que permiten adquirir habilidades.
“Cuando un niño tiene estímulos gratificantes de manera instantánea, su cerebro se va modelando de esa manera y, cuando esa situación no se regula, probablemente va a desarrollar una personalidad más impulsiva y menos racional en función de querer obtener las cosas de manera más inmediata”, señaló la especialista en terapia de juego.
Agregó que la importancia de la actividad lúdica y el desarrollo de habilidades como gatear, trepar y conocer el mundo a través de los sentidos, es fundamental para que los niños sean más tolerantes y se apeguen con mayor facilidad a las normas.
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